agnus dei
como el cordero
de dios
te veo sumergirte nuevamente
en el miedo
en el ansia de muerte
en el paraquétodo
y te amo más
cuando pienso desprenderme
nuevamente de ti
sin que me importe el odio ni la rabia
en esa desazón de pretender
salvar
la vida que no entiendes
¿tengo derecho?
/me pregunto/
¿tengo derecho de cortar tus alas
aunque te lleven a estrellarte
contra la roca informe de la noche
más oscura de todas?
en algún lugar
las lágrimas se han terminado
y solo queda
un hueco que se llena de preguntas
sería mejor
tal vez
soltar la rienda del destino
y dejar que sea
lo que tenga que ser
no pelearle al dolor
que te hace no desear
ni a las ganas de hundir en desenfreno
la angustia sorda de tus breves años
quién soy yo
para oblilgarte a retener
la vida que te di sin pensar mucho
quién soy yo
para enjaular tus ansias
pajarito asustado
quién soy
y sin embargo
qué
como el Cordero de Dios
con pecados ajenos horadando la piel
tendrías que entender
que la felicidad es más sencilla
que basta solo con morir un viernes
y abrir los ojos
de nuevo
un domingo
en el que el sol de nuevo se levanta
como si nunca
hubiera
sucedido
nada
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