una herramienta para sanar el resentimiento
El resentimiento está muy presente en la vida de quienes somos codependientes de una persona adicta: con nuestro pasado, con el adicto, con la adicta, con las amistades de consumo, con el mundo, y sobre todo con nuestra propia culpa. Casi se podría decir que proyectamos en nuestro universo el resentimiento que en realidad está dirigido a nuestra sensación de haber hecho algo, o todo, mal.
El resentimiento parecería ser uno de los síntomas más recurrentes de la enfermedad de la codependencia. Nos basta un minuto de distracción para que las ideas que nos remiten a un pasado doloroso comiencen a sobrevolar nuestra mente y terminen anidando en ella, amargándonos la existencia de un segundo al otro.
Para esos momentos en que los recuerdos de ofensas pasadas, las sensaciones de injusticia de la vida y el dolor de las heridas que no han terminado de sanar, existe un remedio aparentemente sencillo, que en alguna región de Hawaii se llama Ho’oponopono. Aquí no detallaremos toda la filosofía detrás del tema porque es muy largo, solamente daremos un enlace. Sin embargo, se puede ofrecer una sugerencia de práctica que ha dado bastante resultado a quien escribe estas líneas.
En el momento en que los pensamientos de resentimiento, inseguridad o dolor por el pasado nos abruman, solamente comenzaremos a repetir mentalmente, al ritmo de nuestra respiración:
"Lo siento (exhalando)
Perdóname (inspirando)
Te amo (exhalando)
Gracias (inspirando)"
Si perdemos el ritmo o nos distraemos, solo basta con retomar un "gracias" al inspirar y seguir.
Este procedimiento ayuda a limpiar la mente de ideas dañinas que también intoxican nuestro corazón, al mismo tiempo que se los ocupa con palabras de reconciliación, perdón, amor y gratitud.
Pruébenlo, y después me cuentan
0 comentarios