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ideas comunes en torno a la drogadicción (I)

ideas comunes en torno a la drogadicción (I)
Estamos asustados. La edad promedio de inicio de consumo de drogas ha bajado a menos de doce años y medio. Sabemos (nos acabamos de dar cuenta, parece) que los lugares de mayor expendio y consumo de las drogas son los otrora templos del saber: los colegios. Nos aterra que ahora también las mujercitas comiencen, a la misma edad que los hombres, a experimentar con sustancias. El CONSEP está asustado. Las mamás están asustadas. La planta docente y administrativa de todos los colegios se pone alerta.
Y entonces comienza, como no podía ser de otra manera, la irrupción de la moralina y sus lugares comunes en el discurso al uso acerca del tema. Y la tiradera de la pelotita a todo el que no sea nosotros.
La primera cosa: la culpa es de los padres. Y de las madres. Puede ser, si resultara, en últimas, útil que la culpa sea de alguien. Entonces las madres lloramos y los padres puñetean las paredes vociferando que nosotras hemos educado mal a los niños. Porque sabido es que, en la práctica, solo las madres educamos, sobre todo si es mal. O viceversa: los padres se quedan callados (sabemos que es mentira, pero los hombres no lloran) y las madres les acusamos de ser distantes y huidizos en la relación con los hijos. Qué más da. El caso es que el daño está hecho y la búsqueda y escarnio de culpables lo único que hace es provocar más dolor y amargura.
Segunda cosa: la culpa es de la crisis actual de la familia. Sí. Y no. Existen familias muy desarticuladas en las que no hay el problema de la adicción. Y familias muy bien constituidas –hasta donde se ve – en las que hay uno o más adictos. Culpar al divorcio de la adicción es como culpar al calentamiento global de la neumonía. Puede ser. Pero no siempre. Cada caso es distinto y la generalización suele conducir a la injusticia.
Tercera cosa: esta la escuché en la Tv, y era una acusación más. Parte de la culpa la tienen los profesores de los colegios, que no se ocupan en sus aulas del tema de la prevención. Ah, ya. O sea, aparte de planificar, enseñar, mandar deberes, corregir deberes, tomar exámenes, corregir exámenes, pasar notas, elaborar el currículo, dar consejos, trabajar en tres colegios y una universidad para redondear el sueldo y un vasto etcétera, los docentes debemos estar, como se dice vulgarmente, ‘moscas’ para aplicar prevención porque el semillero de la adicción está en el aula. Se podría aceptar una culpabilización de todo el sistema educativo, tal vez, que no ofrece el tema de la prevención como un eje transversal dentro del currículo. Eso lo acepto. Pero ponernos un INRI más a los maestros porque no prevenimos el uso de drogas ya pasa de castaño oscuro, aparte de que puede resultar inexacto, y también muy injusto.
Cuarta cosa: la televisión, la música, los medios… A veces pienso que la persona que inventó la televisión lo hizo bajo el encargo de los cazadores de brujas que nunca faltan porque de ese modo al famoso aparatito conocido como “la caja boba” se le podía por fin echar la culpa de todo. Los niños se drogan porque ven demasiada televisión. Ya está. Los niños se drogan porque una vez los Beatles compusieron y cantaron una canción llamada “Lucy in the sky with diamonds”… o sea, bastaría ver cuánta gente la ha escuchado y no se ha drogado jamás (entre ellos yo) para darse cuenta de cuán falsa es la aseveración.

En fin: esta historia continuará…

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